04 octubre, 2008

Biografía

Álvaro Sibaja Artavia nace en Atenas-Alajuela en 1946 y tres años después, el valle de El General en la solidez del campo, cargado de sencillez y colorido, lo recibe, lo ve crecer y lo dota de las armas necesarias para enfrentar la vida. La Escuela Carlos Luis Valverde Vega-La Palma de P.Z.- Escuela 12 de Marzo de 1948, Liceo Unesco, Instituto de Formación Profesional del Magisterio y Universidad Nacional lo formaron académicamente.

Su labor profesional en las escuelas Bolivia, Peñas Blancas, La Fortuna, Universidad Nacional y UNED, en Pérez Zeledón, lo llevaron a participar en dos oportunidades como candidato al Premio Mauro Fernández por la Región Brunca.

La relación por medio de la enseñanza le ha presentado las múltiples facetas de lo cotidiano sumergido en un ambiente en donde es más notorio el dolor que el amor. A partir de los años ochenta incursiona en las letras al sentir la necesidad y el deber de pintar a través de su prosa las vivencias multicolores que rodean al ser humano.

Cofundador de las revistas literarias: Poetas de Pérez Zeledón, Chirripó y Ojoche, así como del taller literario Carlos Salazar Herrera, la Asociación de Escritores y Editores de Pérez Zeledón y la Editorial Kamuk. Su experiencia posterior como agente de ventas, le ha permitido a través de sus viajes ampliar su visión mundo por medio del contacto con culturas de tres continentes.Autor de tres libros de relatos: Raíces de Arena y Sal, Testigos del Tiempo y Cambio de Estación, así como de la novela Pueblo Niño. Su última obra –marzo 2008- sobre el descubrimiento, fundación, historias y testimonios del valle de El General y región sureste del país es: El Largo Camino del Sur. Inéditos tiene un poemario de literatura infantil así como dos novelas y un libro de relatos.

El Largo Camino del Sur

Este es un trabajo profundo de investigación, compilación y entrevistas con el sello personal y novelesco del autor para hacer más agradable la interpretación y comprensión de su contenido histórico investigativo.

Llevará al lector a través de un viaje de ciento cincuenta años, proceso de descubrimiento, nacimiento, maduración y evolución de una zona patria digna representante del pasado y del presente.

Los personajes con la sencillez propia de la idiosincrasia que llevaban muy de cerca, son los mismos hombres que lucharon con el corazón en la mano, las herramientas del entusiasmo y el sacrificio perseverante para crear un pueblo digno de heredar a las generaciones venideras.

Esta obra resalta la colonización de las tierras más allá del Valle Tectónico Central de Costa Rica. En ella está implícito el esfuerzo, el sacrificio y las penurias que pasaron los hombres y mujeres valientes que con ilusión cruzaron el Cerro de la Muerte para llegar a las tierras fértiles del valle de El General.

Cambio de Estación

Para un libro como para un hombre o para el mundo todo, un cambio de estación aunque ocurra suavemente del modo más natural, termina siendo abrupto. En este conjunto de relatos la evolución de los personajes, del narrador e incluso de las temáticas es de una factura diferente, lejana en la mayoría de los casos de personajes de libros anteriores.

Esta obra reclama un lector más arduo, más emotivo y más crítico. Un lector pasivo desde luego va a encontrar la humanidad de un texto que de una en otra vez conmueve, de una en otra vez critica, siempre con la ganancia de atrapar y cuestionar.

A lo largo de esta prosa se destaca el valor de los personajes en sus propios conflictos y el papel que juega el tiempo y la fuerza de voluntad en cada una de ellos.

Es un libro donde nada está tan lejos o tan cerca como un sueño, dependiendo de la intensidad con que se sueñe. La invitación está hecha, lo gratificante de leer estos cuentos es el pago por el tiempo y la experiencia de leerlos.

Pueblo Niño

Es una novela que se puede enmarcar dentro del realismo analítico de corte tradicional. Elabora una estética de tipo criollista con raíces en el campo costarricense. Las historias son verosímiles sin que falte en ellas elementos poéticos que enriquecen las descripciones.

Presenta la soledad y la pobreza de los primeros pueblos de una región, las emigraciones, la exuberancia de la naturaleza, la dignidad y la limpieza de los campesinos, su amor a la tierra, su esperanza y su desesperanza.

Es un canto directo a las estampas pretéritas del folclor de nuestro pueblo. Es a la vez, un rescate de vivencias limpias. Añoradas por todo hombre maduro que ha sido testigo de una vida basada en la llanura de un tiempo sencillo y sin complejos.
Una obra completamente al servicio de los sentimientos infanti-históricos de aquella Costa Rica pueblerina, nuestra, inolvidable, intransitable, desdentada, pobre, descalza, angustiante pero nuestra y segura, nuestra e irrepetible, nuestra y más nuestra cada día de esos de antes.

La suma de todos estos elementos hace de la novela un texto ameno que muestra a las nuevas generaciones sus raíces y la autenticidad de los valores humanos más elementales.

Testigos del Tiempo


Recoge veinte cuentos donde la trama se enriquece con una acertada expresión poética. Los personajes, concebidos a través de una clara definición literaria y fuerza sicológica, logran identificarse plenamente con el lector. No resultará una sorpresa la riqueza expresiva a través de los personajes reales con el que el autor trabaja.


Esta obra nos hace sentir más persona y menos objeto porque las vidas que llevan estos cuentos y que no parecen cuentos, deja necesariamente una huella en el lector. La sensibilidad poética clara, sencilla pero profunda de su prosa, es palpable de principio a fin en una obra que nos deja el deseo de continuar.


Por su temática fascinante, por la panorámica que nos muestra y por su estilo depurado, estas narraciones formarán parte de lo mejor de la nueva literatura costarricense.

Raíces de Arena y Sal y otros cuentos


Es un conjunto de relatos que nacen a través del contacto con las congojas del pueblo, donde las voces cotidianas hablan con su ternura y sus tormentos pero con una fuerza dramática capaz de sensibilizar al lector. Expresa llanamente el grito y la queja reprimida de nuestros hermanos. Es palpable la transparencia de los personajes que rayan nuestros caminos. El autor que vive un presente apresurado lleva hasta los perímetros del lector lo desesperadamente humano.


La narrativa en este caso es un proceso fresco y popular en formación, gracias a la mucha tinta y a la fe en el propio estilo. El autor, como educador, rescata a través de esta obra el contacto de algunos dramas vividos en las aulas para dejar al lector un profundo sentimiento humano dentro de un mundo tan deshumanizado como el que estamos viviendo.