Presenta la soledad y la pobreza de los primeros pueblos de una región, las emigraciones, la exuberancia de la naturaleza, la dignidad y la limpieza de los campesinos, su amor a la tierra, su esperanza y su desesperanza.
Es un canto directo a las estampas pretéritas del folclor de nuestro pueblo. Es a la vez, un rescate de vivencias limpias. Añoradas por todo hombre maduro que ha sido testigo de una vida basada en la llanura de un tiempo sencillo y sin complejos.
Una obra completamente al servicio de los sentimientos infanti-históricos de aquella Costa Rica pueblerina, nuestra, inolvidable, intransitable, desdentada, pobre, descalza, angustiante pero nuestra y segura, nuestra e irrepetible, nuestra y más nuestra cada día de esos de antes.
La suma de todos estos elementos hace de la novela un texto ameno que muestra a las nuevas generaciones sus raíces y la autenticidad de los valores humanos más elementales.
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